
España se había paralizado la semana pasada cuando Ximo en tono burlesco anunció que Aramis estaría allí para hablar sobre la Aramalogía, una nueva religión que nuestra bruja se ha sacado de la manga. Estuve frente al televisor tragándome tonterías varias hasta que se hicieron las tantas y nos despidieron tan anchos ¿y Aramis? ¿Dónde está? ¿Qué timo ha sido este? Me sentí defraudado y estuve a punto de escribir una carta de reclamación a la cadena. Sin embargo, ayer haciendo zapping ahí estaba ese animal televisivo, Aramis enfundada en una indumentaria rosa como si fuese un personaje de tebeo estaba allí cabizbaja y con una voz entrecortada. Y es que la sarta de buitres, llamados periodistas, que colaboran en el programa la acusaban, le recordaban los montajista que es, que inventó aquello y esto. Incluso Ximo, el presentador que debía ser imparcial y a quien Aramis quiere mucho según sus palabras, arremetió en contra de nuestra chica, la prepulsora del trikini, el top less y ahora la Aramología. Fue vergonzoso ver a Aramis acorralada y despellejada gratuítamente ya que esta gente parece no entender que ellos viven de estos montajes de los que ellos son partícipes y a los que ahora pretenden destapar... Me gustaría hacerle un monumento a Aramis que estaba bastante ofendida, y no es para menos, ya que al parecer la semana pasada no cobró y tuvo que volver esta semana a hacer caja y de paso a hablar sobre esa religión que promueve la tolerancia algo que esos colaboradores desconocen. Aramis estaba allí llamada por la productora y Patiño y C&A deberían de respetar a la pobre Aramis que ha tenido que pedir exilio en el lejano Miami (como buena estrella) y es que destrozada ha asegurado que nadie la quiere en este país. ¡No quiero volver a ver a mi Aramis haciendo locuras! Víctima de una máquinaria cruel que los que la critican han puesto en funcionamiento. Aramis vuelve a casa y si no tienes dónde ir vente a mi casa que tengo una habitación libre y también una línea telefónica con eso tú te apañarás muy bien.